Ni origen, ni marcas, ni recomendaciones de nuestros amigos: Un estudio español demostró que uno de los motivos que más influyen para la elección de una botella de vino es su etiqueta. Su poder de convicción solo se ve superado por el del precio, que continúa siendo la principal criba que realizamos a la hora de elegir nuestros licores.
Como en todos los productos, las etiquetas son un canal que representa de forma gráfica la historia y las características del contenido que identifican. En el caso del vino, pero también de otros alimentos, el diseño de la etiqueta resulta especialmente relevante porque es la representación estética de una serie de rasgos culturales que asociamos a la propia calidad del producto. Hay vinos más clásicos y más rupturistas, más jóvenes y más asentados… La etiqueta debe ser capaz de ayudar al público objetivo a identificar la botella perfecta para la situación que tienen en mente.
Y decimos que debe “ayudar” precisamente porque el consumidor siente mucha incertidumbre cuando se enfrenta a la amplia variedad de vinos que se ofertan en un supermercado o incluso en una tienda especializada. Sin asesoramiento profesional, muchas veces tiene que encontrar una botella que cumpla con sus expectativas, y con las de la persona o personas con las que compartirá el vino. Si conseguimos que este se identifique con la gráfica de una botella en concreto, las dudas se disiparán y el comprador se irá satisfecho con su elección.
Esta responsabilidad pasa a manos del diseñador que se enfrenta al reto de crear un elemento con significado completo, que sea correctamente interpretado en cualquier contexto por parte del segmento del público en el que están pensado los productores del vino.
Ya hemos hablado sobre la importancia del color en el diseño, y en el caso del vino este elemento sigue siendo crucial. Algunos estudios señalan que el efecto del color en el etiquetado puede cambiar completamente la percepción que tenemos del producto antes de comprarlo, pero también impactar en cómo lo interpretamos durante la cata. Quizás por esto las catas a ciegas sean tan relevantes.
En duacode llevamos años enfrentándonos a este reto. Diseñamos la etiqueta del primer rosado de la Ribeira Sacra para Abadía da Cova - Adegas Moure, cuyo logotipo también fue creado por nosotros. El objetivo fue identificar esta botella con una bebida dirigida a un público joven, sin costumbre de consumir vino, pero con ganas de probar algo diferente. Nos sentimos más que satisfechos con el resultado… ¡nos encanta cómo lucen las botellas de Amarante!
Próximamente podremos enseñaros más proyectos en esta línea. ¡No os los perdáis!
