Edge computing, blockchain, tecnologías inmersivas, computación cuántica, inteligencia artificial… serán algunos de los términos más sonados este 2019 en lo que a tecnología se refiere. Todos ellos prometen cambiar el panorama actual, provocando una gran evolución tanto en las empresas como en la sociedad.
Los datos cada vez más cerca gracias al Edge Computing
¿En qué consiste esto del Edge Computing? Presta atención por que según el estudio Top 10 Strategic Technology Trends for 2019 de la consultora Gartner, será uno de los grandes protagonistas de este año.
Actualmente, debido al gran crecimiento del Internet de las Cosas, hay millones de dispositivos recolectando datos. ¿Cuál es el problema? Que, en la mayor parte de los casos, esos datos no están siendo procesados ni investigados, perdiendo así información que puede resultar muy valiosa para las empresas. El Edge Computing aparece para buscar una solución a este problema, volviéndose clave y buscando cambiar los escenarios empresariales e industriales en lo que respecta al análisis de datos.
Esta tecnología lo que hace es procesar los datos más cerca de donde se recogieron, evitando que sean enviados a centros de computación situados en muchas ocasiones a miles de kilómetros de distancia. La principal ventaja que aporta el Edge Computing es poder disponer de los datos prácticamente a tiempo real. Algo fundamental en sectores como el de la salud, las telecomunicaciones y las finanzas y muy beneficioso en entornos industriales.
Del análisis en la nube al análisis local o perimetral
Hasta ahora el Cloud Computing o los servicios en la nube eran los encargados de analizar los datos procedentes de los sensores y dispositvos IoT, pero todo parece indicar que esto va a cambiar. Ya no solo por la ventaja sustancial que supone el poder disponer de los datos casi a tiempo real sino porque esto trae asociada una mayor seguridad. Cuantos menos datos enviemos a la nube, y con un buen control de los “micro centros de datos” proporcionados por el Edge Computing, menos vulnerables serán los datos en caso de que ese entorno se vea comprometido.
No queremos decir con esto que la computación en la nube vaya a desaparecer, sino que según el caso se podrá utilizar una u otra. Por ejemplo, cuando se necesite velocidad y baja latencia optaremos por el uso de Edge Computing antes que por la nube, que será más adecuada para analizar y tratar grandes cantidades de datos, para lo que se necesita una gran potencia de cálculo.
Conociendo la importancia que tiene para las grandes y pequeñas empresas el análisis de los datos, independientemente del sector, estamos seguros que a lo largo de este año veremos a muchas hacer uso de esta nueva tecnología. ¿Qué pensáis vosotros?