Cómo el Internet de las Cosas puede revolucionar un sector

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Es uno de los temas más interesantes del desarrollo tecnológico actual. El Internet de las Cosas todavía está en sus primeras fases, y su potencial de crecimiento es altísimo.

Sin duda, la conectividad de los objetos cambiará la forma en la que nos relacionamos con nuestro entorno. La promesa de una vida más fácil, más precisa y más sencilla ya se está cumpliendo. Paso a paso. Día a día.

Los desarrolladores de todo el mundo estamos viviendo un momento fascinante: el de diseñar cómo la conexión entre objetos mejorará nuestras vidas.

Esta revolución no nos afectará únicamente a título personal: el Internet de las Cosas también cambiará el mundo de los negocios, los servicios y las industrias primarias.

Sectores como el de la agricultura ya están viviendo una auténtica revolución. El cambio está siendo tan marcado que algunos autores ya hablan de “Agricultura 2.0”. Mediante el Internet de las Cosas, se pueden utilizar sensores para medir los nutrientes e hidratación de la tierra, o el estado de salud del cultivo. Los datos obtenidos se almacenan en un servidor, que los agricultores pueden consultar a través de sus smartphones y tablets.

A continuación, algunas decisiones son tomadas de forma activa por el agricultor… pero otras funcionarán de manera totalmente automática. Un sensor de hidratación, por ejemplo, podría poner en marcha un sistema de irrigación al detectar que la humedad es inferior a la necesaria para el óptimo cultivo de la cosecha.

No es el único sector que cambiará con el Internet de las Cosas: la educación, la sanidad, el comercio… ¡Todo puede estar a punto de reinventarse!

Podríamos tener, por ejemplo, camiones conectados a la red que permitan un seguimiento a tiempo real del estado de la mercancía que transportan. Otra persona, desde un dispositivo conectado, podría regular la temperatura de su interior, el peso, los tiempos de espera…

Un médico podría realizar un seguimiento de sus pacientes crónicos mediante herramientas conectadas a la red que le permitan saber cómo se encuentran incluso antes de su visita a la consulta.

Las ciudades podrían conectarse y convertirse en Smart cities, un concepto emergente con muchísimo potencial. Algunas ya han empezado a dar pasos para convertirse en espacios más sociales, más sostenibles y más prácticos. Desde medir los niveles de contaminación a ayudar a los conductores a encontrar plazas de aparcamiento, las ciudades conectadas nos facilitarán otra forma de disfrutar de nuestro entorno.

El reto actual consiste en analizar los desafíos del presente para descubrir las nuevas posibilidades del futuro. Un reto que asumimos, porque nos apasiona. Es tu turno, cuéntanos: ¿Qué quieres mejorar de tu vida? Nos encantaría hacer algo a tu medida.